Garantizar la equidad en el acceso a la salud sexual y reproductiva (SSR), fortalecer las alianzas nuevas y existentes y fomentar la resiliencia y la innovación en los sistemas de salud son elementos vitales para ampliar el acceso integral a la SSR y abordar las diversas necesidades de la población. Para apoyar los proyectos de SSR en el logro de estos objetivos, Conocimiento ÉXITO proyecto, en colaboración con la Red OMS/IBP, presenta una serie de tres historias de implementación de programas que muestran a los implementadores que han superado con éxito estas complejidades para obtener resultados impactantes. Esta historia destacada sobre el programa Jeunes en Vigie es una de las tres historias de implementación seleccionadas para la serie de 2024, y las otras dos están disponibles a través del enlace proporcionado aquí.
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La auditoría social es un proceso que permite a las comunidades evaluar y monitorear la prestación de servicios públicos, garantizando la transparencia, la rendición de cuentas y la capacidad de respuesta de los proveedores de servicios. En el contexto de la salud, la auditoría social implica la evaluación sistemática de los servicios de atención médica por parte de las mismas personas que los utilizan e identificando brechas, mejores prácticas y desafíos en la atención para promover mejoras. El programa Jeunes en Vigie (Jóvenes Vigilantes) es una iniciativa pionera que encarna un enfoque feminista de la auditoría social en los servicios de salud y derechos sexuales y reproductivos (SDSR). Este programa empodera a mujeres jóvenes, de entre 18 y 30 años, para realizar auditorías sociales a través de encuestas de campo y entrevistas con pares, involucrándolas activamente en sus comunidades.
Implementado en cuatro distritos de Burkina Faso (Koudougou, Réo, Koupéla y Tenkodogo) y dos distritos de Senegal (Matam y Mbour), el programa Jeunes en Vigie es administrado por un consorcio de organizaciones, liderado por Equipop en colaboración con la Consejo de Organizaciones de Desarrollo Comunitario de Burkina Faso (BURCASO) y SOS Jóvenes y Défis (SOS/JD) En Burkina Faso, junto con ONG RAES y Juventud y Desarrollo (JED) en Senegal. El proyecto fue financiado por La Iniciativa, un mecanismo francés que trabaja con el Fondo Mundial para acelerar la lucha contra las principales pandemias, entre ellas el VIH/SIDA, la tuberculosis y la malaria.
Las niñas y mujeres de estas regiones enfrentan importantes desafíos en materia de salud sexual y reproductiva. En Burkina Faso y Senegal, 75% de infecciones por VIH entre los jóvenes se encuentran las niñas. Además, a la edad de 19 años, 57% de mujeres en Burkina Faso y 34% en Senegal Las mujeres jóvenes ya han tenido un hijo, lo que a menudo limita su capacidad de cursar estudios superiores y desarrollarse profesionalmente. Estas cifras subrayan la necesidad urgente de intervenciones específicas que aborden las necesidades específicas de esta población vulnerable. A pesar de estos desafíos, los sistemas y programas de atención de la salud en estas regiones a menudo no logran satisfacer las necesidades de las mujeres jóvenes y las niñas debido a las actitudes discriminatorias de los proveedores, la falta de inversión en servicios que respondan a las necesidades de los jóvenes y otras barreras sistémicas. El resultado es una brecha significativa en la disponibilidad y accesibilidad de servicios de salud sexual y reproductiva de calidad para las mujeres jóvenes.
El programa Jeunes en Vigie tiene como objetivo abordar estas brechas mediante la integración de una perspectiva feminista y de derechos humanos en sus auditorías sociales. Si bien los programas anteriores a menudo no abordaban adecuadamente los problemas de salud de las niñas al considerarlas únicamente como “beneficiosas” o “usuarias” en lugar de “ciudadanas comprometidas” o “mujeres empoderadas”, el programa Jeunes en Vigie busca cambiar esta narrativa al reconocer a estas mujeres jóvenes como actores centrales en la defensa de sus derechos de salud. Al interactuar directamente con las mujeres jóvenes de estas comunidades y capacitarlas como auditoras sociales, el programa fortalece su capacidad para evaluar la accesibilidad y la calidad de sus servicios de salud, brindándoles la plataforma para expresar sus necesidades y experiencias.
Entre 2020 y 2024, el programa Jeunes en Vigie capacitó y apoyó a 90 auditores jóvenes en seis distritos de Burkina Faso (Koudougou, Réo, Tenkodogo, Koupéla) y Senegal (Mbour, Matam). Estos auditores recibieron conocimientos y herramientas sobre salud sexual y reproductiva, comunicación con los medios y técnicas de auditoría social para evaluar los servicios de salud relacionados con la salud sexual y reproductiva, el VIH, la tuberculosis y la malaria, los problemas de salud más urgentes en sus comunidades.
De mayo a julio de 2022, los auditores jóvenes, con el apoyo de las organizaciones del consorcio, realizaron auditorías sociales para evaluar el acceso de los adolescentes y jóvenes a los servicios de planificación familiar y salud sexual y reproductiva y a la atención del VIH, la tuberculosis y la malaria. Este proceso impulsado por la comunidad tuvo como objetivo destacar las necesidades reales de los jóvenes y abogar por una mejor calidad y accesibilidad de los servicios.
El programa se centró en mejorar las habilidades y los conocimientos de los jóvenes, empoderándolos para que tomen medidas y participen en los procesos políticos. Con la orientación de feministas, coordinadores y equipos del programa, los jóvenes auditores desarrollaron la confianza y las habilidades necesarias para dirigir auditorías sociales y defender a sus comunidades.
Los auditores recopilaron activamente datos sobre la disponibilidad y accesibilidad de los servicios de salud, observando y documentando las experiencias de los jóvenes y los grupos marginados. Tradujeron los cuestionarios para jóvenes a los idiomas locales para garantizar que las encuestas fueran accesibles y recogieran todas las opiniones, organizaron debates en grupos de discusión con jóvenes de su región y presentaron los resultados de su auditoría a las autoridades sanitarias del distrito, impulsando los cambios necesarios para mejorar la prestación y la accesibilidad de los servicios.
El programa amplificó las voces de los jóvenes y alentó la acción colectiva para exigir responsabilidades a las autoridades. A través de intercambios entre proveedores, pacientes y tomadores de decisiones, el programa fomentó el diálogo, la conciencia cívica y la implementación de una atención más adaptada a los jóvenes en los centros de salud.
🔍 Conjunto de herramientas de recursos de Jeunes en Vigie: Directrices globales sobre SDSR en acción
El programa Jeunes en Vigie utilizó un enfoque feminista de la democracia sanitaria para empoderar a las mujeres jóvenes de Burkina Faso y Senegal capacitándolas para realizar auditorías sociales de los servicios de salud sexual y reproductiva en sus comunidades. Dos directrices principales de la OMS respaldaron la implementación del marco del programa:
Por ejemplo, la guía de normas mundiales de la OMS desempeñó un papel fundamental en las auditorías sociales, ya que permitió a los jóvenes exigir cuentas a los sistemas, programas y políticas de atención de la salud comparándolos con normas mundiales. Estas directrices de la OMS proporcionaron a los auditores un punto de referencia fundamental para evaluar si esos sistemas satisfacían eficazmente las necesidades específicas de las mujeres jóvenes y las niñas.
Las auditorías sociales se realizaron utilizando tres herramientas clave:
Estas herramientas permitieron a los auditores reunir datos, realizar actividades de sensibilización y abogar por la mejora de los servicios de salud, haciendo hincapié en la importancia de la accesibilidad de los jóvenes a los servicios en términos de ubicación, horario y costo. Por ejemplo, en Senegal, las conclusiones de la auditoría dieron lugar a iniciativas de promoción centradas en conseguir que los médicos jefes de distrito se comprometieran a ofrecer servicios adaptados y accesibles a los jóvenes, y la promoción de los grupos condujo finalmente a la creación y el funcionamiento de espacios seguros y confidenciales para los jóvenes en los centros de salud locales.
El sistema de seguimiento y evaluación (SyE) del programa se basó en un Enfoque orientado al cambio (COA) Equipop adoptó un enfoque que enfatizaba las evaluaciones cualitativas. El enfoque implicó el uso de talleres colaborativos, reuniones grupales y herramientas como el “cuaderno de empoderamiento”, donde los auditores documentaron sus experiencias, desafíos y aprendizajes a lo largo del proceso. También se utilizaron hojas de testimonios para recopilar comentarios de los proveedores de atención médica. Este marco de seguimiento y evaluación ayudó al equipo del programa a reflexionar sobre el progreso, adaptar estrategias y fortalecer la capacidad de los auditores jóvenes.
El enfoque de auditoría social es particularmente innovador porque proporcionó información práctica sobre los obstáculos reales para lograr la cobertura sanitaria universal, especialmente en comunidades de difícil acceso y entre los jóvenes. Al involucrar a las mujeres jóvenes en estas auditorías, el programa se aseguró de que se convirtieran en participantes activas en el cuidado de su salud y abogaran por los cambios necesarios para que los servicios de salud fueran más accesibles, integrales y respondieran a sus necesidades.
La fase preparatoria de las auditorías sociales incluyó dos sesiones de capacitación para auditores sobre información sanitaria clave en materia de salud sexual y reproductiva, VIH, tuberculosis y malaria, así como sobre habilidades para el uso de los medios de comunicación. Estas sesiones sentaron las bases para que los auditores implementaran eficazmente las actividades sobre el terreno y consolidaron su papel como agentes de cambio activos que trabajan para exigir cuentas a sus sistemas de salud mediante enfoques participativos.
Como parte de este proyecto se desarrolló una guía que ofrece consejos prácticos y recomendaciones concretas para organizaciones o activistas que buscan involucrarse en un enfoque de programa feminista similar para fortalecer la participación ciudadana en la evaluación y rendición de cuentas de su sistema de salud. Esta guía sirve como un recurso valioso para diseñar, implementar y evaluar proyectos similares que se centran en principios inclusivos, feministas y democráticos en los sistemas de salud y que apuntan a reducir las desigualdades en salud.
“En cada etapa fuimos fortaleciendo la confianza de los participantes/jóvenes auditores”.
El impacto del programa Jeunes en Vigie se extiende más allá de la salud y se relaciona con el bienestar más amplio de la comunidad. A través de la intervención, el programa no solo facilitó auditorías sociales dirigidas por jóvenes para ayudar a mejorar los resultados de salud, sino que también dotó a los jóvenes de habilidades vitales en la recopilación de datos, la movilización social y política y la defensa de los derechos, incluida la interacción con líderes comunitarios y gubernamentales de alto nivel. Al incorporar un enfoque de democracia sanitaria feminista, el programa logró reposicionar a los jóvenes en el centro de la toma de decisiones en materia de salud. Este enfoque holístico ha dado lugar a avances significativos en varias áreas cruciales, lo que ha dado forma al éxito del programa. Entre ellos, se incluyen la mejora del empoderamiento individual y colectivo, el fomento de colaboraciones más sólidas para una mejor prestación de servicios de salud, el avance de las iniciativas de defensa de los derechos y el cambio de las normas sociales, así como la generación de nuevos productos de conocimiento para seguir apoyando la salud y el bienestar de los jóvenes.
El programa mejoró la colaboración entre los proveedores de atención sanitaria y los jóvenes. Como señala Martine, coordinadora de Jeunes en Vigie de Mbour (Senegal), “cuando los proveedores reconocen las deficiencias y los errores, sentimos que estamos partiendo de una nueva base de confianza y escucha”. El programa también mejoró la capacidad de los proveedores de atención sanitaria para ofrecer información y atención de calidad a las adolescentes y las mujeres jóvenes, ayudando a abordar y deconstruir ciertos conceptos erróneos sobre la salud sexual y reproductiva.
El programa impulsó cambios en las normas y políticas sociales, principalmente a nivel local, y se están realizando esfuerzos para ampliar la promoción a nivel nacional. Las actividades de movilización social y política, incluidas las de sensibilización y participación de las autoridades, requerirán un seguimiento continuo de los compromisos asumidos, y los activistas integrarán las conclusiones de la auditoría social en sus demandas políticas y de promoción para garantizar que las voces de las niñas y las mujeres se escuchen en los niveles más altos de adopción de decisiones.
La iniciativa produjo valiosos productos de conocimiento y metodologías para mejorar los servicios de atención a los jóvenes, incluidos tres resultados clave que surgieron del proyecto: un folleto de empoderamiento, un Guía sobre democracia sanitaria, y un Vídeo de intercambio de experiencias, apoyando aún más el impacto y la sostenibilidad del programa.
El programa empoderó a los auditores sociales jóvenes al mejorar sus habilidades de comunicación y colaboración, lo que les permitió transmitir información precisa y de alta calidad a los miembros de la comunidad y fomentar un entorno de equipo colaborativo mediante la escucha activa y el diálogo significativo. Además, los auditores desarrollaron una mayor confianza en sí mismos y habilidades de liderazgo, demostrando un mayor sentido de responsabilidad y una motivación sostenida para abogar por el cambio, a pesar de las presiones sociales. Estos cambios se observaron durante los diversos talleres de "enfoque orientado al cambio" organizados a lo largo del proyecto con los auditores y los equipos del proyecto. Estos talleres utilizaron varias herramientas (por ejemplo, el marco de la flor del empoderamiento y el mapeo de las relaciones de poder) para identificar los "pequeños pasos" de cambio logrados desde el inicio del programa. Como resultado, los jóvenes participantes se colocaron en el centro del proceso para medir sus propios cambios.
Además, es notable observar que varios auditores han tomado iniciativas propias fuera del programa, como crear asociaciones, participar en una campaña de distribución de mosquiteros y organizar una conferencia sobre inclusión de género. Además, los participantes en el programa mostraron una mejora significativa en su conocimiento de los servicios disponibles y los derechos de salud sexual y reproductiva. Después del programa, los auditores dedicaron tiempo a ayudar a otros miembros de la comunidad a acceder a información y servicios de salud sexual y reproductiva y han asumido papeles activos en los comités de salud locales, así como a iniciar proyectos comunitarios relacionados con la salud reproductiva.
Desafío | Cómo se abordó |
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Las adolescentes y las mujeres enfrentan importantes barreras para acceder a la atención médica debido a dinámicas de poder desiguales relacionadas con su edad y género. |
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Las crisis de seguridad y los disturbios políticos en Burkina Faso y Senegal, así como los desafíos planteados por la pandemia de COVID-19, provocaron interrupciones en el acceso al terreno y llevaron a la reprogramación de actividades. |
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Era necesario abordar las barreras lingüísticas para garantizar que el programa de capacitación fuera accesible para todos los interesados, incluidas las jóvenes marginadas con distintas necesidades lingüísticas y aquellas con bajos niveles de alfabetización. |
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El contexto antiderechos en Senegal creó dificultades para organizar sesiones de capacitación sobre género y planificación familiar debido a las ideas erróneas y la resistencia local. A pesar de que teóricamente se permitía a todos los jóvenes acceder a la planificación familiar, los proveedores a menudo carecían de información precisa o tenían opiniones contradictorias. |
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Es fundamental que los programas involucren verdaderamente a los jóvenes y los coloquen en el centro de la acción. Este enfoque los empodera como agentes de cambio y refuerza su capacidad de acción en todas las fases del programa.
Para que los proyectos de salud comunitaria sean eficaces, es esencial utilizar un enfoque holístico que aborde tanto la oferta como la demanda de atención. Igualmente importante es cuestionar y deconstruir la dinámica de poder entre los proveedores y los jóvenes.
Mantener la participación activa de las jóvenes y fomentar el diálogo permanente con los proveedores y los encargados de la toma de decisiones es vital para el éxito y la sostenibilidad de la iniciativa.
Es esencial que la organización realice un trabajo reflexivo en cada etapa. Esto implica evaluar continuamente el papel de los jóvenes dentro del programa y comprender las dinámicas de poder que se establecen entre ellos, con los proveedores y con quienes gestionan los proyectos. El equipo del programa también debe cuestionar continuamente sus propias prácticas para garantizar que el programa siga siendo receptivo y equitativo a lo largo de su implementación.
Al reflexionar sobre el impacto del programa, el equipo de Jeunes en Vigie destacó una lección crucial para otras organizaciones de la sociedad civil que buscan implementar iniciativas impactantes: “Priorizar un enfoque participativo, integrado e inclusivo que coloque a los jóvenes en el centro de todas las decisiones y acciones”, dijo Annick Laurence Koussoubé, directora de proyectos de SOS/JD, subrayando el papel vital de la participación de los jóvenes en cada fase del programa. Esta estrategia no solo asegura la eficacia de las intervenciones, sino que también garantiza la sostenibilidad a largo plazo y el impacto positivo en la salud y el bienestar de los jóvenes. Koussoubé enfatizó: “Así es como creamos un cambio duradero”.