La pandemia de COVID-19 ha trastornado los medios de vida de los adolescentes y jóvenes en las comunidades de Uganda de muchas maneras. Con la primera ola de COVID-19 en marzo de 2020 vino la adopción de medidas de contención, como el cierre de escuelas, restricciones de movimiento y autoaislamiento. Como resultado, la salud y el bienestar de los jóvenes, especialmente la salud sexual y reproductiva de adolescentes y jóvenes (AYSRH, por sus siglas en inglés) en Uganda, se vieron afectados.
Los sistemas de atención médica en todo el mundo siempre se han basado en un modelo de proveedor a cliente. Sin embargo, la introducción de nuevas tecnologías y productos, y la creciente facilidad de acceso a la información, ha provocado un cambio en la forma en que se pueden prestar los servicios de salud, colocando a los clientes en el centro de la atención médica. Varias áreas de la salud, incluida la salud y los derechos sexuales y reproductivos (SDSR), han adoptado intervenciones de autocuidado. Estos métodos aumentan el acceso y el uso de los servicios de salud esenciales. Esto es especialmente importante a medida que los sistemas de atención de la salud están cada vez más sobrecargados, junto con la urgencia de responder a las necesidades de SDSR de las personas y las comunidades en todas las etapas de la vida.