El Sr. Bernardo habló sobre la participación de los jóvenes después de la tormenta tropical Washi, que devastó Filipinas a fines de 2011. Un grupo de jóvenes se ofreció como voluntario para ayudar en los esfuerzos de socorro del gobierno al visitar los centros de evacuación y recopilar datos sobre los jóvenes allí. En 2012, cuando el tifón Pablo azotó el país, el gobierno recurrió a este grupo de jóvenes para ayudar con la respuesta. Se les pidió que dirigieran proyectos, iniciaran conversaciones con otros jóvenes, dirigieran la recopilación de datos y más. Fue un gran éxito y demostró la importancia de reconocer el trabajo de los jóvenes y brindarles una plataforma para sobresalir y convertirse en líderes en sus propios campos.
El Dr. Barua discutió algunos ejemplos del sector no gubernamental. Los programas en los que participó eran flexibles y se adaptaron rápidamente a las necesidades de los adolescentes. Un sistema de información personal asistido por computadora recolectó información sobre las necesidades de salud de los jóvenes, se dispuso de teleasesoramiento y teleconsulta, se realizó educación para la salud a través de plataformas utilizadas frecuentemente por los jóvenes (como Zoom, WhatsApp, Instagram y videos de YouTube), y se preguntó a los adolescentes sobre sus líneas de ayuda preferidas.
En situaciones de crisis en la India, existe una jerarquía de víctimas. La primera víctima suele ser la salud sexual y reproductiva porque no se considera una emergencia. El segundo son los adolescentes porque son vistos como una cohorte saludable. Dentro de los adolescentes, las niñas corren un riesgo particular, porque la India es una sociedad patriarcal. Por eso es importante un sistema adaptable que tenga todo esto en cuenta.