Aunque los sesgos relacionados con el cliente y el método pueden definirse como experiencias discretas en el papel, en realidad están inherentemente interconectados. Por ejemplo, los sesgos en contra de proporcionar cierto tipo de método, como el DIU o los implantes, generalmente se dirigen hacia ciertos tipos de clientes, como mujeres jóvenes solteras que aún no han tenido hijos. Estos sesgos a menudo se deben a creencias culturales sobre la edad adecuada para iniciar las relaciones sexuales o sobre la necesidad de comprobar la fertilidad antes de iniciar la anticoncepción.
¿Cómo se relaciona el sesgo del proveedor con la elección del método?
Muchos proveedores restringen el acceso por razones que van más allá de las descritas en las pautas o que se consideran médicamente necesarias. Esto puede afectar negativamente la capacidad de un cliente para tomar una decisión informada y puede llevar al uso de métodos menos efectivos y un mayor riesgo de embarazo. Si bien es difícil medir la elección informada, existen sustitutos, como el Índice de información del método, para evaluar si los clientes recibieron información completa sobre sus opciones cuando seleccionaron un método anticonceptivo.
¿Cómo puede identificar el sesgo del proveedor?
El sesgo del proveedor se ha identificado y medido principalmente a través de entrevistas en profundidad con proveedores que informan sobre sus comportamientos o a través de clientes misteriosos que buscan servicios. Sin embargo, en algunos casos, la combinación de métodos puede ayudar a identificar posibles problemas de sesgo del proveedor que justifiquen una mayor investigación. Por ejemplo, el sesgo del proveedor puede estar jugando un papel si más del 50% de los usuarios de anticonceptivos en un país están usando el mismo método. Sin embargo, el sesgo del método también puede ser la causa de otros problemas, como preferencias culturales profundamente arraigadas o problemas en la cadena de suministro.