Imagínese como un artículo de planificación familiar sentado en una caja de productos para la salud. Piensa en la experiencia, todo lo que te pasa desde que sales de la fábrica hasta que llegas a un cliente. La dura realidad es que, debido a la velocidad del flujo de la cadena de suministro en los LMIC, la mayor parte de esta experiencia está guardada en una caja en una sala de almacenamiento.
Para explicar esto, Prashant usa lo que él llama "velocidad de flujo". Cuando hablamos de acelerar el flujo, no se trata solo de pasar de una etapa a otra con mayor frecuencia, sino también de desarrollar ciclos de planificación más breves y frecuentes.
La “Trompeta Pronóstica”
Un elemento clave de la velocidad del flujo es la previsión. Es más fácil y más preciso para una clínica predecir cuántas recargas de un producto necesitarán de un día para otro, pero no es tan fácil para ellos pensar en ello a lo largo de los meses. Sin embargo, este es el “lado de la curva” en el que pensar. El aumento de la velocidad del flujo mejorará la precisión del pronóstico.
Crear menos capas
El análisis de país ha demostrado que si hay demasiadas capas en la cadena de suministro, la información y la rendición de cuentas se vuelven más difusas. Esto da como resultado desabastecimientos, sin que nadie pueda identificar qué salió mal y en qué parte de la cadena.
Prashant se refiere a esto como el "efecto Bullwhip": por cada capa adicional en la cadena de suministro donde mantiene el inventario, cualquier pequeña variación en la demanda del cliente comienza a amplificarse a medida que avanza. Por lo tanto, los cambios en la demanda de los clientes dificultan mucho la planificación.