Ahora, en 2021, nos enfrentamos al desafío adicional de la pandemia de COVID-19 en el acceso a la atención de planificación familiar y a los servicios de prevención del VIH. En cuanto a la planificación familiar, pasos importantes para mantener el acceso a la atención crítica de planificación familiar para las mujeres y las niñas incluyen el uso de la telesalud para el asesoramiento, la detección, la provisión de métodos y el control de los efectos secundarios; uso extendido de DIU e implantes; y autogestión de Sayana Press (DMPA-SC). Desafortunadamente, muchos programas han visto caídas en la asistencia y primeros signos de aumento de las tasas de embarazo entre mujeres jóvenes.
La pandemia de COVID-19 también ha cuestionado la prevención, la atención y el tratamiento del VIH programas En muchas áreas donde las mujeres corren mayor riesgo de contraer el VIH, ampliación de la PrEP todavía está en una etapa temprana. Vincular los servicios de PrEP con la planificación familiar ofrece una oportunidad en la que todos ganan. El reciente respaldo de la Agencia Europea de Medicamentos a la anillo vaginal de dapivirina para la prevención del VIH para las mujeres en entornos de alta carga del VIH debe conducir a un enfoque de prevención complementario además de prácticas sexuales más seguras cuando las mujeres no pueden tomar o no tienen acceso a la PrEP oral. Además, la Red de Ensayos de Prevención del VIH anunció recientemente que la Junta de Supervisión de Datos y Seguridad detuvo anticipadamente un ensayo que evaluaba la seguridad y la eficacia del cabotegravir inyectable de acción prolongada (CAB LA) para la PrEP en mujeres en África cuando Se descubrió que CAB LA era superior a la PrEP oral en la prevención de la adquisición del VIH. La adición de un agente inyectable de PrEP de acción prolongada a la caja de herramientas de prevención debería ayudar a mitigar los desafíos de acceso y adherencia. Además, el calendario de inyecciones de 8 semanas se puede sincronizar con la provisión de anticonceptivos inyectables. Se espera que la investigación en curso produzca tecnologías multipropósito que prevengan tanto el embarazo como el VIH.
Al finalizar el estudio ECHO, el mayor temor de los investigadores del estudio era que el mundo de la planificación familiar y la prevención del VIH volviera a la normalidad y no siguiera actuando sobre los hallazgos de importancia crítica para la salud de la mujer. Ahora, con la triple amenaza de la COVID-19, el VIH y los embarazos no deseados, debemos actuar con decisión para asegurarnos de que el temor de volver a la normalidad, o incluso al negocio menos de lo habitual, no se realiza.
Para obtener más información sobre cómo adaptar la planificación familiar y el acceso a anticonceptivos en el contexto pandémico actual, consulte nuestro COVID-19 contenido.