Las conversaciones sobre salud sexual y reproductiva pueden resultar incómodas para muchos jóvenes, pero son esenciales. La información precisa y el acceso a los recursos son fundamentales para prevenir embarazos no deseados, infecciones de transmisión sexual y violencia de género. Es fundamental proporcionar plataformas donde los jóvenes puedan hacer preguntas y aprender sobre su salud sexual y reproductiva.
En áreas donde el acceso a los recursos de salud sexual y reproductiva es limitado, las intervenciones como los diálogos intergeneracionales con los adolescentes y sus madres y la narración de historias con los padres pueden ser útiles. Estas intervenciones ayudan a derribar las barreras que impiden que las niñas accedan a los servicios de salud sexual y reproductiva. Por ejemplo, las niñas pueden carecer de autonomía sobre sus cuerpos porque sus maridos o suegras las controlan.
Intervenciones como estas son esenciales para crear un espacio seguro para que los jóvenes aprendan sobre la salud sexual y reproductiva. También es fundamental abogar por políticas que promuevan los derechos de salud sexual y reproductiva y el acceso a los recursos. Los jóvenes deben estar empoderados para tomar decisiones informadas sobre su salud sexual y reproductiva. La tutoría es otro elemento importante para fortalecer la agencia y la confianza de los jóvenes para tomar decisiones positivas sobre su salud sexual y reproductiva.
En conclusión, mi viaje hacia la defensa de la salud sexual y reproductiva comenzó a una edad temprana y ha sido largo e intencional. En el camino, he desarrollado mis habilidades a través de mucha capacitación, he estado expuesto a diferentes fuentes de conocimiento y plataformas, y he hecho conexiones significativas. A través de mi trabajo, he aprendido que las conversaciones sobre salud sexual y reproductiva son necesarias, pero pueden ser incómodas.