La masculinidad positiva implica desafiar las nociones preconcebidas de masculinidad y conceptos tradicionales de masculinidad. Requiere que los hombres evalúen críticamente la dinámica de poder en sus acciones y palabras en los niveles personal, interpersonal y social, fomentando un sentido de responsabilidad por un cambio significativo. Se ha identificado que los hombres y los niños, que a menudo tienen poder de toma de decisiones, son obstáculos para el acceso de las niñas y las mujeres a los servicios de salud sexual y reproductiva, incluidas las opciones de planificación familiar.
En los entornos humanitarios de Kivu del Norte, la Alianza Juvenil para la Salud Reproductiva (YARH-DRC) está involucrando activamente a los hombres en esferas tradicionalmente dominadas por hombres, con el objetivo de instigar el cambio social desafiando las normas de género que socavan el empoderamiento de las mujeres. YARH-DRC emplea un enfoque basado en evidencia orientado a transformar las percepciones perjudiciales sobre la salud reproductiva y las masculinidades, al tiempo que aboga por un mayor acceso a los servicios de SSR, incluidos los métodos anticonceptivos.
Al guiar a hombres y niños a través de un viaje transformador, esta iniciativa promueve un estilo de vida que refleja una masculinidad positiva y reconoce la autonomía corporal de las mujeres. Pequeños grupos se reúnen semanalmente durante tres semanas en las comunidades, y los líderes comunitarios (Mashujaa) facilitan las discusiones durante las dos primeras semanas en grupos diferenciados por sexo y la tercera semana en grupos mixtos. Reconocer el potencial de los hombres y los niños para contribuir a la salud y los derechos de las mujeres y las niñas, implementando un enfoque transformador de género en entornos humanitarios se vuelve imperativo desafiar la desigualdad de género, alterar las normas, roles y relaciones de género perjudiciales y luchar por una sociedad más redistribución equitativa de poder, recursos, y servicios.